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  • “No podemos dar nombres": risas, café y anécdotas en Otelo, el bar que no duerme en Barrio Sur

    Juan Kairuz es el encargado del emblemático lugar de encuentro en Bolívar y Ayacucho y donde hoy tomamos el primer café. Qué pasa con los clientes durante sus 24 horas abierto y el secreto mejor guardado. VIDEO

    De día o de noche, llueve o truene, con hambre o con sed, solo o acompañado, siempre es buen momento si andamos por Barrio Sur para hacer una parada técnica y contemplar la Plaza San Martín desde una mesa del bar Otelo.

    Templo colmado de parroquianos sin luna, Otelo es ese lugar anclado en la esquina de Bolívar y Ayacucho donde la clientela, como el día, muta de acuerdo a las horas. “Abrimos las 24 horas por la cantidad de gente que viene. Antes, se cortaba a las 3 y se abría a las 6. Pero no valía la pena entrar y volver a sacar las mesas. Aquí hay gente todo el tiempo, gente que viene a las 10 de la noche y se va a las 6”, le cuenta Juan Kairuz a Javi El Vivo.

    Mientras llega el primer café, el encargado de Otelo le contó a Oscar Mazza el principal secreto de un bar que se ha reinventado a sí mismo y funciona a pleno todos los días: “Este es un lugar creado para vivir lindos momentos. Se juntan amigos, a la noche se pone música los fines de semana, siempre hay comidas y bebidas. Es un bar para vivir lindos momentos”.

    Juan es uno de los tantos estudiantes de Jujuy que eligieron Tucumán para estudiar sus carreras y, entre apunte y apunte durante largas madrugadas, conoció Otelo, el bar donde ahora trabaja: “Es impresionante la vida nocturna que tiene Tucumán. Sí, yo soy de Jujuy, vine para estudiar. Y es impresionante el cambio que es, lo que cambia la noche. En Jujuy siempre fui de irme a dormir a las 11 de la noche. Acá ves gente a todo momento”.

    Tal como hace notar Oscar junto a Gabriel Sanzano, uno de los pocos bares que abre las 24 horas en Tucumán tiene un público muy amplio: “Sí, el público varía. Están quiénes vienen entre la 1 y las 6, vienen jóvenes, grandes, los usuales, los habitués, los parroquianos de la tarde. Es una responsabilidad muy grande, que al cliente no le falte nada, viendo qué necesitan. Tenemos un dueño que acompaña 24 horas en contacto con nosotros, a mí me ayudó mucho”. 

    ¿Cuáles son los secretos del templo de Barrio Sur? “El café en la mañana no se cambia. Abundan anécdotas: tenemos clientes que se duermen, pero no podemos dar nombres”, sonríe Juan y se permite una: “Un cliente pasado de copas se durmió a las 3, según él había cerrado los ojos, pero cuando se despertó a las 9 ya no estaban los amigos. Tomó un café y listo. ¿Cómo se hace un buen café? Calidad del producto y buena mano del cafetero, un poquito de las dos, la clave para comenzar la mañana”.

    "El bar es como refugio para mucha gente. Además del grupo de amigos de siempre, también hay gente sola que charla con nosotros, que vienen a pasar un buen momento. Somos una familia: tenemos empleados que están hace 12 años. Siempre estamos al servicio de los clientes: una carga en el celu, una llamada, el baño, y la comodidad principalmente”, concluyó Juan Kairuz, el encargado de Otelo, el bar que nunca duerme en Barrio Sur.