• ¿Qué Pasó?
  • "El empate de Benetti me alivió": Oscar Acosta rompe el silencio sobre el San Martín- Boca del 92

    El final del Apertura de 1992 está lleno de mitos y leyendas de las que San Martín es parte. Juez involuntario de una definición épica entre River y Boca, el Santo vivió una tarde de locos en la Bombonera que hoy fue relatada en primera persona en La Tucumana de Mañana

    El desenlace del Apertura 92 forma parte de la mitología popular del fútbol argentino y tienen a San Martín como a uno de sus principales protagonistas: Boca recibía al Santo en la última fecha con la obligación de ganar para asegurar el título que disputaba nada menos que con River.

    El resultado final 1 a 1Aquella tarde de diciembre está absolutamente enmarcada en un sinfín de mitos, leyendas y versiones de todo tipo que hasta el día de hoy se siguen alimentando.

    De hecho, el último lunes, en el programa El Loco y el Cuerdo una declaración al respecto sacudió la estantería de esa vieja historia, levantando polvareda otra vez.

    Sucede que en el ciclo conducido por el periodista Flavio Azzaro y el ex presidente de Independiente Andrés Ducatenzeiler, estuvo de invitado Rafael Di Zeo, referente histórico de la Barra Brava de Boca. En medio de la charla surgió el tema del ese partido entre Santo y Xeneixes.

    “En el partido con San Martín de Tucumán del 92, Boca iba perdiendo el partido y ellos se metieron en el vestuario de San Martín de Tucumán y les dijeron ‘si Boca no sale campeón, de acá no sale nadie’. Y Boca salió campeón”, lanzó Ducatenzeiler y Di Zeo no dudó en confirmar: “Sí, es verdad”.

    “Eso pasó, pero con los jugadores fue. Yo no estaba, estaba José (Barrita, alias El Abuelo). Igual José no bajó. Había que... de alguna manera...”, afirmó Di Zeo  y Ducatenzeiler le retrucó: “Se corrieron todos y Benetti hizo el gol”, a Di Zeo, que respondió: “El arquero se tiró después”.

    En este marco, en el Programa La Tucumana de Mañana, Oscar Mazza y Gabriel Sanzano se comunicaron con Oscar Román Acosta, quien vistió lo camiseta 10 del Ciruja en esa histórcia definición.

    “Es una experiencia que nunca vamos a olvidar, fue una cosa de locos. Nosotros había salido dos días antes,  tuvimos que cambiar el hotel porque nos empezaron a romper las bolas con las bocinas. Era un partido para Boca tremendo porque no salía campeón desde la época de Maradona”, empieza el relato el jugador del Santo.

    “El día del partido, el ómnibus nos dejó e el portón de entrada, a unos 100 metros del vestuario y ahí nos tiraban de todo. En los vasos de gaseosas los llenaban de meado y nos tiraban encima. Para colmo en ese equipo estaban Russo, Spontón y yo, los tres habíamos pasado por River así que más nos apuntaban”.

    Uno de los mitos de esa tarde es que cuando Solbes abrió el marcador no gritó el gol: “Eso es una exageración, a nosotros nos sorprendió porque lo primero que miramos fue al lineman. Fue después de un rechazo y Solbes no le dio bien y la pelota entró pidiendo permiso. Se produjo un silencio y quedamos solos gritándolo”.

    “En el entretiempo, estábamos todos encerrados en el vestuario, y temblaban, nos tiraban cosas a través de una ventanita que había, entraban zapatillas, todo tipo de objetos, de todo”. En ese sentido, el enganche admitió que estuvieron rodeados de hicnhas de Boca, pero no vio a ninguno adentro del vestuario: “Yo entré al último y no había nadie de Boca adentro, puede ser que haya habido alguien antes, lo que sí es que estábamos en medio de miles de hinchas de ellos”.

    “Nos gritaban de todo: ‘Tucumanos hijos de puta los vamos a matar a todos’, y en medio de eso el Viejo Tulio Zof nos dijo ‘Muchachos no nos amilanemos’. En esa época la cosa era así, todo de malevos, todo a las atropelladas. De la charla técnica ni me acuerdo, lo único que queríamos era que el partido termine”.

    Ya en la cancha para jugar el segundo tiempo, Acosta cuenta que los mismos jugadores de Boca les pedían que se dejaran empatar: “El Beto Márcico me hablaba en francés, me decía que nos iban a matar a todos a nosotros y a ellos. Navarro Montoya se acercó a mitad de cancha a decir lo mismo”, relató.

    A los tres minutos del complemento, Claudio Benetti ingresó al área con pelota dominada y con derechazo cruzado venció a Guillén, empatando el partido: “Yo me hago cargo de lo que sentí, ese día daba miedo y cuando Benetti empató sentí alivio. El punto nos servía y a ellos también”.

    Después del empate, en el partido no sucedió mucho más y ambos equipos terminaron conformes con el resultado que consagraba a Boca y sumaba bastante para un equipo recién ascendido que empataba contra gigante campeón como visitante: “Me acuerdo que en los córners, al Paraguayo Cabañas yo le decía que ya está, que no haga nada más y el me decía que me quede tranquilo. Fue algo tácito”, finalizó.

    Mirá el imperdible relato completo de Oscar Acosta en La Tucumana de Mañana.