
Con el lema "Donar es estar donde importa", la ONG Desarrollo y Autogestión (DYA) impulsa una campaña para mantener abiertos cinco espacios comunitarios que brindan contención, educación y alimentación a más de 470 niños, niñas y adolescentes que viven en zonas rurales del interior de Tucumán. En diálogo con La Tucumana de Mañana (La Tucumana FM 96.9), Betina Castro, representante de la organización en el país, explicó que estos centros fueron creados para prevenir el trabajo infantil y acompañar a las familias cosecheras que no tienen acceso a servicios básicos como jardines maternales o centros educativos gratuitos.
La ONG, que nació en Ecuador hace 30 años y está presente en Perú y Argentina, sostiene desde 2021 tres Centros de Cuidado Infantil y dos Puntos Jóvenes en localidades como Sargento Moya, León Rougés, Teniente Berdina y Santa Lucía, dentro del departamento de Monteros. En estos espacios los niños y adolescentes desayunan, almuerzan y reciben atención integral mientras sus padres trabajan en fincas de limón y arándano. “Si estos espacios cierran, se rompe completamente la dinámica familiar”, advirtió Castro, destacando que actualmente el 70% de los adolescentes entre 11 y 15 años trabaja en el mercado informal, una cifra alarmante en la provincia.
La situación se agrava con la retirada de programas estatales como el “Buena Cosecha” del Ministerio de Trabajo, que ya no existe en la gestión actual. También se han reducido los aportes de la cooperación internacional. “Funcionamos con recursos del Renatre, gobiernos locales, mucho esfuerzo voluntario y el Ministerio de Desarrollo Social, que nos brinda alimentos”, detalló Castro. Pero esos fondos alcanzan solo hasta octubre. Por eso, apelan a la solidaridad de la comunidad para evitar el cierre de estos espacios vitales.
La iniciativa no solo garantiza cuidado infantil, sino también educación sexual integral, prevención de abusos, apoyo escolar y formación en habilidades blandas para jóvenes. Muchos adolescentes aprenden música, realizan cortos documentales y acceden a talleres de tecnologías. “Queremos que puedan construir un proyecto de vida. Trabajamos con empresas que nos dicen que los chicos del interior no tienen habilidades para el mundo laboral. Y nosotros buscamos revertir eso”, afirmó.
Las vías de colaboración están abiertas: se puede donar dinero desde montos pequeños a través de la web de la ONG o acercarse como voluntario, ya sea con tiempo, saberes o materiales didácticos. “Lo más valioso que pueden dar es tiempo. Eso transforma realidades”, concluyó.